La Negra Tomasa Soso, a sus 84, sigue viviendo el carnaval como el primer día, aunque su cuerpo ya no es lo que era, ya que el tiempo pasa para todos, su espíritu de Indiano sigue intacto, y disfrutó de cada uno de los momentos en que la Negra Tomasa, símbolo indiscutible de nuestra fiesta, bailó al ritmo de la música con gran maestría y elegancia. Su puesta en escena, su son, su alegría y alguna que otra lágrima, por la emoción de ver a su gente entregándose a su figura carismática.

Las futuras generaciones deben de ser conscientes de en qué consisten verdaderamente Los Indianos, para que toda la gente que hizo de este día, una celebración histórica, no se pierda en la memoria y no quede relegada a un macrobotellón, en el que al día siguiente, las calles de Santa Cruz de La Palma, son un tremendo basurero.